Los legisladores y funcionarios del imperio español buscaron diseñar, en América, una sociedad bipolar organizada en dos repúblicas: la de españoles y la de indios. Esta política fomentó fuertes barreras ideológicas y representaciones contrastadas del mundo social pero, en la práctica, las fronteras fueron móviles y flexibles. La percepción y construcción de categorías de grupos intermedios varió en el tiempo y por regiones.